Perdiendo el control

Con base en los resultados de varios cuestionarios,
se supone que soy de personalidad controladora, orientada a resultados.
Interesante ,porque  algunas veces siento que pierdo el control y me pregunto ¿ de qué tengo realmente el control?

Esto me lleva a la parte de la inspección, de determinar que el control es solo una apariencia que me da la sensación de seguridad, pero , siempre hay pero, el control es responsabilidad, y de ello solo soy responsable de:

• Mis palabras, por lo cual debo ser selectiva al usarlas, procurar pensar en el efecto que puede tener lo que diga. La palabra es compromiso que debe ser cumplido. Reconozco que a veces, la mayoría, hablo por impulso
• Mi conducta
• Mis acciones
• Mi esfuerzo
• Mis errores
• Mis ideas
• Las consecuencias de mis acciones.

Esto requiere de atención, mucha atención ...

¡Tengo miedo!

¿Cómo sé que tengo miedo?

De pronto todo lo que hacía me parece  lejano, atrevido, de alto riesgo...
Mi mente, textual, se paraliza, no puedo ni siquiera recordar qué y cómo hacia todo, que me parecía una aventura.

Aceptar que tengo miedo, reconocerlo y a partir de ahí sacar energía para decirle: ¡tú no me puedes detener!

Y así, una vez más, hay que emprender la acción, con valentía , el fantasma del miedo solo se vence con la acción y tranquilamente le muestras ,que no había nada que temer!

A veces, solo a veces

A veces , solo a veces nos detenemos, obligatoria mente , un momento , un momento que parece una eternidad, y en esa eternidad nos damos cuenta de lo frágiles que somos, de lo pequeño y grande que somos al mismo tiempo. De lo importante y no que somos ,

Lo importante que somos para los seres que nos aman, de cuanto nos aman.
Notamos cuanto ama una persona a su familia, tanto que lo único que necesita para partir, es despedirse de esos seres tan queridos.

Notamos la solidaridad a nuestro alrededor y agradecemos infinitamente la mano que se nos tiende, el abrazo que recibimos sin hablar pero que nos conforta y nos hace sentir protegidos.

A veces , solo a veces recordamos que aunque las despedidas son tristes, también dan alegría !